De pequeña odiaba las verduras, y fue cuando me fui a vivir a sola que empecé el acercamiento a ellas, empezamos a conocernos mutuamente y aceptarnos. Hoy en día somos íntimas amigas. Y quiero trasmitir ese amor a mis hijos.

La mayoría de niños tiene un rechazo natural a lo verde. Recuerdo el día que le dí de cenar a mi hijo pequeño por primera vez guisantes, sin olerlos ni probarlos «eto no guta», y me reí, me reí mucho y lo entendí. Entendí el rechazo natural.

Y es cuando me planteé el Proyecto EAV: Enseñar a Apreciar las Verduras

Lo se, no es fácil, hay niños y niños, y seguramente algunos son indomables en esta cuestión. Pero con mis hijos ha funcionado, ¡con los dos!.Y ganar la batalla con mi hija no ha sido fácil, mi hija durante sus primeros 3 años salió a mí. Mi madre me dijo que la vida es sabia y nos devuelve lo que damos. Pero un poco antes de cumplir 3 años, empezó a comer maravillosamente bien, y a día de hoy sigue igual.

El Proyecto EAV no es alimentar con verduras trituradas ni camuflarlas. Todo lo contrario, mostrarlas, que sean conscientes de lo que comen y que acaben disfrutando de ellas, o por lo menos aceptándolas como parte de su rutina alimentaria.

Por eso me gustaría enseñaros algunas de las recetas que hago cuyo ingrediente principal es la verdura y el cariño. No esperéis recetas super elaboradas, ni que requieran de gran habilidad culinaria (que la tengo sea dicho…jeje), o que necesiten invertir mucho tiempo. Lo cierto es que casi todas ellas se pueden hacer en minutos y por regla general son ingredientes que siempre tengo en casa, ya sean frescos o congelados.

Entre semana busco alternativas fáciles y rápidas, pero a la vez sanas y equilibradas. El fin de semana ¡otro gallo canta!

El proyecto de acercamiento a las verduras requiere una serie de premisas:

  1. Que vean a papa y mamá comer lo mismo. Será dificil hacerles entender que tienen que comer verdura si ven que papá y mamá no lo comen también. Nosotros entre semana no podemos cenar con ellos porque papá llega tarde, pero a partir del viernes noche siempre cenamos/comemos con ellos, y siempre comemos lo mismo.
  2. La primera vez que les introduzcamos una verdura tendremos más exito si lo hacemos de manera atractiva. Por ejemplo la pizza es muy recurrente y se pueden presentar en ella casi todas las verduras, así la siguiente vez que vean esa verdura, tendrán un buen recuerdo de ella. En nuestro caso introdujimos el brócoli y la berenjena de esta manera, pero en trozos grandes, no desmenuzados. Es importante que los reconozcan posteriormente. Otra manera de introducir una verdura nueva en casa es la quiche. Por ejemplo: quiche de espinacas aquí y aquí, quiche de brócoli
  3. El ingrediente gancho. Una vez introducida ya una verdura determinada, será más fácil que la acepten si viene servida con algún ingrediente gancho. El objetivo es que recuerden la verdura de manera positiva. Al cabo de un par de veces comiendo «esa verdura» de manera agradable lo asociarán a un buen sabor y por tanto el rechazo se verá minimizado. Por ejemplo: espinacas con gambas, coles de bruselas con jamón, etc..

Espero que os guste este proyecto, quizá os sirva de inspiración, quizá no, o quizá queráis compartir las vuestras conmigo. ¿Os apetece? ¡Allá voy!

Fotor0125204523