Nuestra experiencia en Aqualand del Arenal, la familia valiente

¿Cuántas veces como mamis o papis caemos en cosas que siempre dijimos `Nunca haré esto con mis hijos´? Pues hoy os presento uno de mis `nunca´ 😛 Aqualand.

El año pasado cuando mi hermano me dijo que habían llevado a mi sobrino Leo por primera vez y que había disfrutado como un enano, sabía que mis días estaban contados, y el pasado fin de semana llevé por primera vez a Alex y Lía.

Se lo pasaron pipa todos: niños y adultos. Bueno creo que se lo pasaron mejor los adultos que los niños, pero es que en mi familia los tíos solo se ganan el título de adultos por edad 😉  y sino, mirar mirar…

Debo reconocer que a mí sigue sin atraerme el tema, y por miedo a fastidiarme más la rodilla me tiré únicamente en 3 toboganes, y sólo en uno disfruté!. Como cambiamos… no me reconocía, de peque era una fanática de los toboganes, y mirarme ahora, parecía la abuelita, esperando abajo con la cámara de fotos.

[Me perdonareis la calidad de las fotos de este post pero la mayoría están tomadas con cámara acuática y por tanto la calidad se resiente].

Para los que no habéis ido todavía con vuestros hijos os cuento un poco como funciona, porque yo me sentía perdida, pero como mi hermano y mi cuñada ya habían ido nos guiaron un poco.

Para empezar la hora perfecta para ir es TEMPRANO, sí sí…. temprano, ¿y nosotros a qué hora llegamos? Pues TARDE, así somos los Aleix. Como a mí no me entusiasmaba el plan, pensé que con ir unas horitas sería suficiente, por lo que elegí un sábado y no un domingo ¿la diferencia? Que Toni trabaja los sábados por la mañana, tiempo que perdíamos en el parque. MEC!!! ERROR… Al parque hay que ir pronto, muy pronto porque sino no lo disfrutas todo, ¡es enorme! Y aunque a mí no me guste, reconozco que lo ideal es disfrutarlo con calma y con tiempo.

Llegamos sobre la 1pm aprox. Llevábamos nuestra propia comida (siempre que pueda llevo nuestra propia comida: para ahorrar y para controlar qué comen mis hijos, sobre todo en verano que jamás comemos en casa). Una vez dentro puedes alquilar hamacas, donuts y taquilla. De las 3 cosas considero que lo más útil son las taquillas. Apenas paramos un segundo para comer ¡como para relajarnos tomando el sol en las hamacas!, los donuts sí los cogimos, pero sinceramente no hubiera hecho falta porque salvo en una de las atracciones, en el resto apenas había cola para coger los donuts.

Aclaración: los donuts los alquilas para no hacer cola en las atracciones, pero no significa que no te puedas montar. Si no has alquilado un donut haces cola para conseguir uno cuando queda libre.

Lo dicho, nada más entrar alquilamos nuestra taquilla y dejamos nuestros bártulos dentro. Eran ya casi la 1.30 pero las ganas podían más que el hambre, por lo que … ¡a disfrutar!.

Como mis hijos no habían ido nunca y son un poco caguetas, les iniciamos en los toboganes de niños, tienen un montón de piscinas geniales para niños. Pero de lo que más aluciné fue de la limpieza del agua, pocas veces me meto en las piscinas de niños.. me dan manía. Sobre todo cuando son independientes de las de adulto, por eso de que hay mayor concentración de yo que sé qué, ya sabéis qué 😛  Pero sí, la higiene del parque es algo que me sorprendió muy muy gratamente.

Después de una introducción light fuimos a descubrir la nueva atracción del parque Adventureland, toboganes con hidrofrenados, el niño no cae en una piscina, sino que a medida que llega al final del tobogán va frenando, eso hace que el niño salga más rápido del tobogán y por tanto agilice la rotación, eso, y el hecho que el padre no tiene que estar tan pendiente. En nuestro caso el tema no tuvo mucho éxito, ya os había dicho que mis hijos son un poco caguetas, y mientras el primo no hacía más que tirarse, salir, subir, tirarse, salir, subir,… mis hijos arriba se debatían entre mares de dudas. Finalmente bajaron, a pie. ¡Mal empezábamos!.

Siguiente intento, Anaconda, los típicos toboganes de curvas con partes cubiertas. Solo uno de los 3 toboganes es apto para niños menores de 1.20cm. Allí que fuimos todos y allí que nos tiramos todos, menos Lía y Alex ¡Nuevo fracaso!.

En el Anaconda viendo cómo bajaba el primo Leo

Con el siguiente tuvimos más suerte, Los Rapids, toboganes con donuts. Cogimos donuts dobles y nos colocamos un adulto con un peque. ¡Ese sí gustó! Porque además jugábamos a pillarnos, y en los remansos de agua nos encontrábamos todos, era lo que más les gustaba a los niños. Creo recordar que nos tiramos como 4 veces seguidas, pero menos mal que el hambre se impuso y conseguimos sacarlos de allí.

En 30 minutos ya habíamos comido y estábamos listos para nuevos retos, ¡no había tiempo que perder! Solo faltaban 2 horas para que cerraran el parque. Repetimos Rapids, y más Rapids… preguntarme lo que queráis de los Rapids, me conozco sus ángulos a la perfección!. En una de esas alguien propuso probar el Crazy Race que estaba al lado y Lía y Alex no pusieron cara de susto, por lo que quisimos probar… ¡les encantó!. Y fue entonces cuando entendí que su predisposición dependía de si se podían tirar al mismo tiempo que los adultos. Y Crazy Race son 4 pistas paralelas donde se tiran 4 personas al mismo tiempo. ¡La cara de Alex y su alucine fue total! Mirar este video…

Otra de las cosas que me sorprendió del parque es el lenguaje en signos de los socorristas, antes de cualquier lanzamiento el socorrista de arriba se comunica con el de abajo indicándole si la pista está libre y si puede bajar el siguiente. También se dicen con signos si baja un niños pequeño, me encantó y de hecho en el video podéis ver cómo la socorrista se levanta cuando ve descender a Alex, independientemente que sepa o no nadar. De hecho, la primera vez arriba yo pedí a la socorrista que Alex bajara por una pista de en medio y me indicó la pista lateral porque el socorrista de abajo podría ayudar más en caso necesario.

Bueno, y así transcurrió el día, tíos y sobrinos probando atracciones y yo fotografiando. Solo probé un par y justo cuando faltaban pocos minutos para cerrar el parque probé la que más me gustó, el Multipista, una pena porque solo pude tirarme una vez, pero si sois como yo, ir directos a esta atracción porque además de ser “apto para caguetas” es súper divertida!!!!.

Y ésta fue nuestra experiencia en Aqualand, y uno de mis “Nunca llevaré a mis hijos” pasó a ser un “¿Cuándo volvemos mamá?”, porque pese a todos los fracasos con Alex y Lía, el parque les encantó y aunque hay muchas atracciones que no probaron, las que sí probaron, les encantaron.

¿Habéis ido vosotros ya? ¿Os gustó? ¿Sois tan caguetas como yo y mis hijos?.