La semana pasada fue mi cumple. Lo cierto es que, pese mi naturaleza festiva y organizadora, no organicé nada.. ¡ya vendrán mejores tiempos para celebrarlo! Pero como tengo una familia que no merezco (y dicho sea de paso que tampoco sabe guardar un secreto) a las 10 de la mañana ya sabía que estaban organizando darme una sorpresa con pizzas bajo el brazo para cenar. Por lo que buscando algo que ofrecer, encontré los dos únicos ingredientes necesarios para hacer una tarta socorrida, la tarta de huesitos.
No tenía intención de publicarla asumiendo que no había alma en esta isla que no conociera esta tarta, pero de nuevo cometí el error de asumir. Mi cuñada, la buscadora online más experta de la familia, la que encuentra la información más remota y menos accesible en internet, ella, mi Jou, no había oido hablar de esa tarta, la más popular de las tartas con el titulo de fáciles y rápidas. Por lo que antes de que le hincáramos el diente, la retiré corriendo de la mesa (tras el disgusto de los niños pensando que me la llevaba) para hacerle fotos y poder publicarla. Porque si ella, mi Jou, no había oido hablar de la tarta huesitos, cabía la posibilidad de que algunos de vosotros tampoco la conocieran.
Por lo que aquí dejo constancia por millonesima vez en la red, de cómo se hace la tarta huesitos. Ojito con la elaboración, y no perdáis detalle de su complejidad.
Oblea / Nocilla / Oblea / Nocilla / Oblea / Nocilla….
¿Complicada verdad?
Solo unas notas:
- Una vez terminada refrigerar en la nevera
- Sacar unos minutos antes de consumir
- Reblandecer un pelín la nocilla para que se extienda bien, pero sin que llegue a estar líquida
- Para pegar una oblea sobre el soporte podeis ponerle un poquito de nocilla en el centro. Así no se os moverá mucho cuando la montéis.
- Podéis usar nocilla, nutella, crema de cacao casera… yo use una mezcla de todas 🙂
- Se mantiene bien de un día para otro