Hoy os propongo un plan barato-barato y molón. Muchas familias ya lo hacen, pero muchas otras seguro que todavía no se han lanzado y hoy quiero empujaros a ello.

Cenar de picnic en la playa un día cualquiera entre semana.

Es uno de los planes que más me gustan en verano. Nosotros llevamos haciéndolo desde hace dos años con los niños. Para ellos es diferente y a nosotros nos rompe la rutina y nos trae aire fresco cuando no tenemos vacaciones. De hecho desconectas tanto que cuando llegas a casa por la noche tienes la sensación de haber estado de vacaciones. ¿El secreto? Olvidas las prisas, te relajas de verdad y disfrutas de tus hijos al 100%.

No se vosotros, pero yo cuando voy a la playa durante el día no me siento relajada del todo: el calor, buscar sitio para aparcar, hacerse un hueco en la playa, todos los trastos necesarios: dos sombrillas, una silla (sí, mi marido es dominguero-dominguero), suficiente agua para no deshidratarse, estar pendiente de poner crema cada cierto tiempo a los niños, al niño grande y a una servidora o pendiente de que no molesten a los que están a medio metro de nosotros. Y no me malentendáis, disfruto como una enana pese a todo ello, soy playera-playera.

Pero ir a cenar a la playa tiene muchísimas más ventajas: encuentras parking justo enfrente, tienes toda la playa para ti sola, no te tienes que preocupar de la crema y apenas llevas trastos. Y como colofón, regresamos a casa con los niños listos para meter en cama, cenados y duchaditos. Sí, otro de mis secretos: yo me llevo toallas limpias, jabón y el pijama. Y allí en las duchas de la playa los enjabono y ya pueden dormirse en el coche con toda mi tranquilidad. La próxima hasta me llevo el cepillo de dientes 😛

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No esperes organizarlo con tiempo. Improvisa. Deja llevarte por la libertad del verano. Es lo que recordarás pasado el verano.

Imagínatelo: Sales del trabajo, llegas a casa con ilusión de ver a tu hijo, lo ves a él contento y con energía de hacer algo. Pilla algo de la nevera, no necesitas llevarte un picnic a lo Pinterest, lo que tengas, unos tomates, algo de pan y embutido, unas latas de encurtido,.. mételo en la mochila. Coge una botella de agua, unos refrescos, fruta, una tableta de chocolate (importantísimo para culminar una tarde perfecta) e iros a disfrutar en familia del atardecer a la playa. ¿No me digáis que no es un planazo?

Da igual que al día siguiente trabajes, da igual que el niño tenga campus. Mientras os escribo este post (a las 20 horas del jueves 16 de julio), me muero del sueño porque ayer llegamos de la playa a las 23 horas, y hoy a las 8am ya estaba en el trabajo, pero que me quiten lo bailao. Mañana no me acordaré del sueño que tengo, pero sí de lo que disfrutaron los niños.

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El verano es libertad, el verano es cambiar de rutinas, romper las normas, el verano es para disfrutar.

¿Os animáis? Mallorkids_11 Mallorkids_10