Nos encanta este restaurante. Me lo recomendó hace años mi hermano Jorge, cuando todavía éramos solteros, y en ese primer encuentro supimos que en cuanto fuésemos padres habría muchos más. De hecho cuando vamos solemos hacerlo en plan clan familiar, abuelos, tíos y primos.
Joaquín, el cocinero, asturiano de pura cepa cocina como los dioses. No hay carta, su pareja, una mujer joven muy peculiar y simpática, cuya nacionalidad podría intuir, pero sin garantías, te indica los platos disponibles del día, aunque normalmente siempre hay: fabada, fabes con almejas, cordero al horno, ternera guisada y si tienes suerte fabes con mejillones. Cualquier opción muy recomendable, ahí ya entrará el gusto de cada uno. Para picar tienen fama los chorizitos a la sidra y la morcilla de arroz, pero yo no soy muy fan de estos embutidos y por tanto mi opinión no cuenta. De postre, no os perdáis la tarta de queso, y no cometáis mi error, siempre lo pido para compartir pensando que no podré con uno yo sola… MAL!, entra solito, pero tengo esta manía de ir de fina cuando llega la hora del postre. Y para los niños, el plato estrella, que muchos de nosotros siempre decimos que la próxima también nos uniremos al menú infantil: huevos fritos (de su propio gallinero), patatas fritas, chistorra, salchicha y un poquito de carne.
Lo cierto es que el tipo de comida es más apropiada para un frío día de invierno, pero nosotros solemos ir más en primavera para aprovechar el exterior de la casa, ya que el interior es un poco pequeño y con niños resulta un poco más incómodo.
Es como comer en casa, pero rodeado de naturaleza. Además es un sitio donde pasar el día entero, porque la mesa que te reservan es tuya, no hay horarios, ni siguientes comensales para tu mesa. Nosotros hemos llegado a estar desde las 12 del medio día hasta las 6 de la tarde, sin ningún tipo de problema. Ya os lo digo, es como comer en casa. Comida casera y sin prisas.
Para los niños es PERFECTO, un gallinero con el que entretenerse dando comida a las gallinas, un túnel subterráneo, un mini parque de cubos y toda una explanada de césped donde correr y jugar.
Para llegar es sencillo, autopista hacia INCA, y coger la salida n.27 (la de Inca, Sineu y Lluc). Y en la rotonda girar hacia Sineu. El restaurante se encuentra en un caminito a mano izquierda, justo después de Sport Inca. Es recomendable reservar.
Mmmmmmm hace siglos que no vamos, pero cuando me entra la «morriña» es imprescindible!!! Esta primavera vamos si o si!!!!
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Hombreeee tu por aquí!. Pues la próxima vamos todos juntos, se lo pueden pasar genial los enanos!
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Más que no gustarme, fue un asco. Sucio no, lo siguiente. Nada más llegar me piden si tengo mesa reservada. Les digo que no (fui a las 13:00 horas) y nos atiende con desidia y de mala gana. Sillas y mesas de plástico sucias, una sola camarera, no hay carta ni lista de precios, te dicen de cabeza lo que hay y punto. Las cantidades pequeñas y justas la botella de sidra a 4’5€ y para rematar me pedinuna coca cola y me la pusieron HACENDADO!!! Pero que mierda es esta???? Pedimos la cuenta y tuvimos que levantarnos a pagar en barra por que no nos cobraban. Y …..sorpresa….. Una tapa de morcilla y chorizo, una botella de sidra, un plato de fabada y otro de cordero y mi hija un revoltijo de patatas fritas con huevo, chistorra, salchicha y pechuga de pollo, y la COLA HACENDADO……Sin postre ni café ni nada más porque se nos quitaron las ganas desde el minuto 1 en el quennos atendió la camarera….43€
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Agradezco su comentario y respeto su opinión, no todos los restaurantes gustan a todos.
A mi justamente la «pachorra» de este sitio es lo que me gusta porque no me genera la presión de irme de ahí para la siguiente mesa y así mis hijos disfrutan del jardín todo el día.
En ningún momento del post digo que el servicio es de un restaurante de 5 estrellas, sino más bien indico que es como de ir por casa.
Ese revoltijo de patatas con huevo para mi es de lo mejorcito porque son huevos verdaderamente camperos recién cogidos de su gallinero, creo que no he probado unos huevos así en ningún otro restaurante. Todo es cuestión de saber qué busca uno. Si quiero coca cola de calidad me iré a otro sitio, pero si quiero huevos de verdad o fabada rica en plena naturaleza vendré aquí.
Uno tiene que saber respetar todo tipo de negocios y simplemente distinguir los que van con sus gustos.
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