Jugando con ponis en el Club Hípica La Gubía

¡Cómo disfrutaron mis hijos hace un par de semanas en El Club de la Herradura!.

Nos habían invitado a pasar una tarde en el Club Hípica La Gubía, pero sinceramente yo no lo tenía muy claro. Mis hijos son maravillosos, divertidos, timidos, gamberretes, cabezotas, generosos, cariñosos.. pero también muy miedosos. Hace un tiempo empecé a ahorrar para ir a Disneyland Paris, he dejado de hacerlo. Es cruzarnos con la típica persona disfrazada en la calle (de lo que sea) y notar dos bultos entre mis piernas. Y lo mismo con los caballos, perros, vacas… de lejos estupendo, pero de cerca…

Creo que Alex no sería tan miedoso si fuera el hermano mayor, pero al ver que Lía les tiene miedo, él no sólo imita esa actitud sino que la supera. Por eso no tenía muy claro en qué resultaría pasar una tarde rodeada de ponis. Pero si nosotros, los papis, no les animamos a superar sus miedos, ¿Quién lo hará?. Por lo que aceptamos la invitación y ahí que nos fuimos.

El club de Hípica La Gubía organiza una vez al mes una tarde de ponis con niños, está abierto a todos los niños, sin importar su nivel de conocimiento del mundo de la hípica. La cuestión es pasar un rato divertido con ponis. Es lo que llaman El Club de la Herradura.

Llegamos tarde (qué raro), y ya estaban todos concentrados. Normalmente piden que los papis se vayan al centro social que hay en medio del ranxo, o que los vengan a recoger a las 2 horas y media. Pero teniendo en cuenta que nosotros no teníamos clara su reacción preferimos quedarnos a ver qué tal.

Con Lía fue toda una sopresa! Se adaptó muy bien desde el principio, y aunque peinar al poni le dio más respeto en un principio, acabó haciéndolo. Marían, la monitora, la cogió como su protegida (mis hijos eran los más pequeñitos), y la guió y ayudó en todo. Por lo que a los 15 minutos mi hija ya estaba peinando a los ponis!!. Primero les dan una serie de instrucciones, luego van a buscar a los ponis al potrario y los traen a la cuadra para empezar a familiarizarse con ellos.

Yo, una completa ignorante de este mundo aluciné. Se necesitan más de 6 cepillos diferentes para peinar a un poni, ¡ni la más coqueta de las mujeres tiene tantos!. Vamos… que peinar a un poni requiere una sesión doble de peluquería femenina.

No sé si fue entre el 3er o 4º cepillado (dejé de contar) cuando Marian cogió a Alex por banda y consiguió unirlo al grupo, hasta entonces se había dedicado a correr y tirar el tubo de bucear por los aires (no sé si os habréis fijado, pero mi hijo siempre necesita llevar un elemento muy útil para cualquier salida: sus raquetas de tenis en una excursión (ver aquí), o un tubo de bucear para ir a un club de hípica). Total que a la horita de haber llegado conseguimos tener a los dos totalmente inmersos en la tarea de peinar a los ponis.

Después de peinarlos, los ensillaron y los prepararon para el gran momento. Pero antes había que recuperar fuerzas y se sentaron a merendar. En todo momento Marian se hace cargo de ellos, les prepara los sándwiches y les da zumos y agua.

Y por fin llegaba el gran momento, llevar a los ponis al ruedo para montarlos. ¡Disfrutaron como enanos!.

Yo estoy encantada, porque no solo han superado uno de sus miedos sino que además se divirtieron mucho y ya me están pidiendo repetir.

El Club Hípica La Gubía se encuentra en la carretera de Soller, a sólo 15 minutos de Palma, en un paraje precioso, justo al pie de la Tramuntana. Por lo que no da ninguna pereza llevar allí a los niños un sábado, o incluso en verano puesto que también imparten escuela de verano.

Si queréis más información os dejo su web aquí, encontrareis todos los servicios que ofrecen, incluido la escuela de verano. Pero lo relacionado con el Club de La Herradura, mejor si les escribís un mail ([email protected]) porque es una actividad nueva y todavía no han actualizado la web.

¿No os parece una actividad ideal para los niños?