Fue en los inicios del blog que os hablé del Club de las Hadas, un lugar que invita a soñar a nuestras princesas.
Cierto es que hay niños que ni se inmutan cuando ven el rosa, pero hay otros que salen corriendo (yo tengo uno en casa y no es justamente Alex 😀
Aina, la dueña de El Club de las Hadas siempre había tenido en mente dedicar un espacio merecido a los niños, con zona interactiva, pista de fútbol, y zona de bolas, pero esperaba el momento.
Y fue entonces, un año después de abrir El Club de las Hadas, cuando mágicamente, los dos locales al lado del Club de las Hadas se quedaron vacíos. Y pudo así montar El club de los Duendes.
Yo fui sola con mis pequeñajos a conocer este nuevo espacio y me tuve que repartir un poco porque Lía, aunque disfrutó en la sala de bolas y con la máquina interactiva del Club de los Duendes, prefirió sin lugar a dudas quedarse en el lado rosa haciendo un taller de galletas. Alex apenas levantó el trasero de la máquina interactiva.
Pero donde realmente nos divertimos los 3 fue en la discoteca, y no justamente bailando.
El día que fuimos había un cumpleaños de niños – perdón, chicos 😉 de 10 años. Estoy muy familiarizada con cumples de infantil, pero poco – más bien nada- con cumples de pre-adolescentes. Les ví pasárselo pipa en la pista de futbol, les ví disfrutar tomándose una fondué de chocolate, pero nada comparado a cómo disfrutaron en la discoteca, los chicos, todos! Bailaron como enanos, se sabían todas las canciones, incluso pidieron a la DJ Frozen!!! (versión tecno claro) las monitoras y yo alucinábamos y mis hijos (fanáticos de la música) estaban ojipláticos viendo el espectáculo.
Un espacio que se creó para princesitas y resultó ser el bombazo del cumple de niños de 10 años.