Una tarde muy divertida en Mallorca Bowling

El otro día llevamos a los niños por primera vez a la bolera. De pequeña mis padres siempre nos llevaban, recuerdo que era el planazo del finde, ir a cenar a un chino y luego jugar a la bolera, esa que había en Gomila, recordáis?

Sabía que a Lía y Alex les encantaría, además me habían dicho que Mallorca Bowling  estaba muy adaptado para los peques.

Antes simplemente teníamos bolas más ligeras, ahora también hay una especie de tobogán para que lancen la pelota desde arriba, pero además, y lo mejor de todo, es que se levantan unos raíles para que sus pelotas no caigan en las cunetas laterales… vamos, que a mitad de partida Alex nos ganaba!.

Lo único que echo de menos es que todo ya es digital, el ordenador de manera automática te va apuntando el resultado, sí, ya sé que esto lleva mucho tiempo así, pero es que lo que más me gustaba a mí era lo de ser la anotadora, y estoy segura que a Lía le hubiera encantado, pero bueno es la comodidad de las nuevas tecnologías.

Tienen zapatos de niño desde la talla 28, pero no hay problema si el peque lleva un número más pequeño porque no son estrictos y dejan que jueguen con sus propios zapatos. Lía los miró con cara rara, eso de llevar unos zapatos que no encajaban con su estilo no fue su mayor ilusión, claro que al minuto de empezar la partida ya se le olvidó.

Pero lo que de verdad me sorprendió de Mallorca Bowling, es el ambiente… ¡super familiar!, me esperaba otro ambiente y fue una sorpresa cuando al llegar la mitad de las pistas estaban ocupadas por grupos de niños con sus papis. Y es que es una opción genial de cumpleaños, porque luego tienen una cafetería donde merendar, comer o cenar. Además de un montón de máquinas de juegos.

Nosotros nos quedamos a cenar después de la partida y es de nuevo, otra de las cosas que me sorprendió. Ya sabéis que no soy una fanática de la comida rápida, pero me sorprendió la calidad la verdad.

Hay menú para niños, los míos aunque hubiera preferido que eligieran las croquetas caseras optaron por el perrito, lo normal, ni bien ni mal. Pero la hamburguesa de mi marido estaba riquísima, con pan de Antequera muy crujiente y carne de Agnus. La verdad que hasta yo la probé porque la pinta era muy rica!. Yo pedí una ensalada y estaba bien, pero después de haber probado la hamburguesa me di cuenta que podría haber elegido mejor.

Y si algo me llamó la atención es la limpieza. Otra de las cosas que no me esperaba. Además nosotros fuimos a la cafetería después de un cumple de bastantes niños, por lo que os imagináis cómo estaba el suelo cuando se fueron, lleno de patatas y demás.. pues no me preguntéis cómo, pero sin darme cuenta lo habían limpiado para cuando nos dieron la mesa.

Pues nada, como veis nuestra experiencia fue muy positiva y los niños no hacen más que pedirnos cuando volveremos! Les encantó!.