Ahora que el veranito llega a su fin, comienza una de las mejores épocas para hacer excursiones, por lo que he pensado listar algunas de mis recomendaciones/consejos para ir de excursión con niños.  No soy una experta senderista ni mucho menos, pero creo que estos últimos años realizando excursiones de manera regular con mis hijos, me han enseñado una serie de pautas para que la excursión resulte un éxito, o por lo menos que no se convierta en una pesadilla 😛

Muchas de las pautas/recomendaciones las he ido mencionado poco a poco en las diferentes excursiones que he publicado en el blog. Pero hoy quiero hacer un recap y recogerlas todas en este decálogo.

1. Paciencia, no hay prisa

Es la premisa principal.  Dejar que los niños marquen el ritmo. No importa que tardéis 3 horas en una excursión de 1 hora, la excursión NO es una maratón.

2.  Dejarles que jueguen y que investiguen

Salvo que haya peligrosidad, dejarles que se desmarquen un poco del camino. El sentimiento de libertad que eso les proporciona es una motivación muy poderosa. Además les hace apreciar mucho más la naturaleza y engancharse a las excursiones. Yo he llegado a cargar botas de agua en la mochila por si encontrábamos charcos o riachuelos (Salt des Freu o S´Avec des Pou es un ejemplo donde puedes necesitarlas si quieres dejarles jugar con libertad).

3. Hacer varios descansos

En cuanto empiecen a quejarse, hacer un descanso. Recordar el punto 1, no hay prisa. Muchas veces no están cansados, solo aburridos de caminar. Parar para que jueguen, veréis que el cansancio era mental y no físico.

4. Llevar pequeños “premios”

Cuando veáis que los ánimos empiezan a descender, usar la formula “esfuerzo = recompensa”. Yo usaba mucho esta fórmula sobre todo en las primeras excursiones: una bolsa de patatilla, una chuche, fuet (la estrella de las recomenpensas). Incluso a veces podéis darles el premio mientras caminan, se entretienen comiendo y cuando han terminado muchas veces se han olvidado de que se estaban quejando.

5. No les pongáis vosotros límites

Los niños tienen mucha más energía que nosotros. Lo sabéis, y en las excursiones NO es diferente. No seáis vosotros que les pongáis límite, que no os oigan decir “es pequeño y no puede caminar tanto…”. Incluso he llegado a oir de algún padre (delante del niño!!) que su hijo no aguantaría una excursión sin ni siquiera haberlo comprobado. Ir de excursión no es lo mismo que pasear por la ciudad.

Si recordáis en esta excursión, fuimos con un amiguito de Alex, Pepe, quien no había conseguido bajar Jaime III sin protestar ni una sola vez, este niño subió sin problema al Castillo de Alaró. Lo mismo nos pasó con el primo Leo.

6. Educarles sobre la naturaleza

Enseñarles las diferentes plantas o árboles que encontréis por el camino. Además de entretenerlos, aprenden sobre la naturaleza.

7. Inventar juegos

Cuando realmente sea necesario, cuando veáis que los recursos de arriba ya no funcionan, proponer un juego. Involucraros todos. Los niños se animan cuando los padres entran en juego. Un juego que implique avanzar en el camino claro  💡

Recuerdo una vez una excursión que aún no he publicado y no sé si haré porque no es muy apta para niños, la vuelta fue muy durilla, toda una subida de montaña. Los últimos 20 minutos pensábamos que tendríamos que cogerlos aupa, porque hasta nosotros estábamos cansados, pero inventamos el juego de que ellos eran nuestros “ayudadores” y tiraban de nosotros para terminar la excursión, los adultos hacíamos que nos caíamos, protestábamos…¡Acabaron emocionados de ser “ayudadores”!. En otra excursión los adultos corríamos para escondernos y dar susto cuando los ellos pasaban, en otra simulábamos que estábamos en peligro y ellos nos rescataban… Con este recurso hemos conseguido terminar excursiones más durillas con éxito y además diversión.

8. Ir con más niños les motiva

Sobretodo las primeras veces. Juntaros un par de padres, veréis que si van en manada juegan más, se entretienen y piensan menos en la caminata.

9. No marqueis un punto de llegada.

Sobretodo en las primeras excursiones. Coger un camino cualquiera y simplemente tantear su capacidad. Introducirles de manera suave y quizá con un objetivo: coger caracoles, piedras, saltar en charcos, lo que sea.

En nuestra primera salida sin las mochilas portaniños (aquí), cuando Alex tenía sólo 2 añitos, justo antes de Reyes, fuimos a coger algarrobas para los camellos (aunque volvimos con sacos de bellotas, no encontramos algarrobas 😦 ) Nos llovió y comimos nuestros bocatas debajo de un arbol resguardados, les encantó y divirtió muchísimo. Fue nuestra primera salida a la montaña y resultó un éxito porque quisieron repetir.

10. Dejar que se manchen

Supongo que es una premisa obvia, por eso la pongo la última, pero no quiero ignorarla porque hay que tener claro que se mancharán. De hecho si no se manchan puede ser señal de que no han se han involucrado con la naturaleza.

…….

Y recordar, ir de excursión es un rato para disfrutar en familia y disfrutar del entorno. No es una carrera.

Y por supuesto SIEMPRE, SIEMPRE respetando la naturaleza.