Era el domingo después de la maratón Mallorca 500 sky Running que salió de Soller a las 7am. Toni había corrido 8 horas por montaña y su cuerpo estaba lejos de excursionear. Yo, que le había acompañado a la salida y durante los avituallamientos, y que tampoco había dormido la noche del viernes por los niños, parecía estar hecha de mantequilla.

Pero era domingo y habíamos quedado en hacer excursión con los amiguitos de los niños. Ellos apenas habían tenido actividad el sábado de la carrera, y se lo merecían. Por lo que hicimos acopio de las escasas fuerzas que nos quedaban y nos dejamos llevar.

Lo más gracioso del tema era que a las 9am del domingo no parecía haber claridad de a dónde íbamos. Mis amigas, las mamis, confiaban en mí, y yo ese día confiaba en todos menos en mí, por lo que la conversación de whatsapp era digna de besugos, yo apenas atinaba con las teclas.

No preguntéis cómo, pero sin saber ninguna donde íbamos, y confiando en que alguna sí lo sabría, quedamos a las 12.30 en Binissalem.

Cuando nos encontramos ahí hubo risas, ninguna había preparado la excursión, no sabíamos dónde íbamos pero todas habíamos cogido las bicis de los niños!. Bendita tecnología. En 5 minutos Toni ya aportó claridad al tema. Nos íbamos a conocer Biniagual.

Biniagual es una pequeña aldea “de cuento” situada a 4km de Binissalem de unas 15 casas y muy pocos habitantes.

La historia de Biniagual se remonta a la conquista de Mallorca con Jaime I. Era una alquería dedicada a la ganadería y viticultura que quedó despoblado debido a la peste a mediados del siglo XVII, pero que revivió gracias a los vecinos y centraron la actividad en la viña. En 1968 el alemán Klaus Graf compró la aldea con la finalidad de autoabastecer a su familia. Reformó las casas y reactivó la producción.

Si queréis más información del pueblo os dejo estos dos links aquí y aquí.

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La excursión a Biniagual es una excursión/paseo por carretera (información a tener muy en cuenta, aunque lo que lo hace apto para cochecitos de bebe, bicicletas, patines, patinetes, o lo que sea sobre ruedas). Son 4 km de ida y otros tanto de vuelta, nosotros tardamos aproximadamente 1 horita y media para un trayecto. Y aunque no sea una carretera muy transitada, sí que pasan coches de vez en cuando y hay que ir alerta con los niños. Creo que es una buena alternativa para aquellas familias que la realizan todos sobre ruedas. El tema de padres a pie y niños en bici es un pelín estresante en algún momento, bueno, más bien para los papis que las mamis íbamos cotorreando jejejej.

En el primer tramo de la excursión, el que sale de Binissalem hasta pasar por debajo del puente, es cuando hay más tráfico. El camino posterior ya es más relajante aunque algún coche pasa.

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Nosotros fuimos en coche hasta Binissalem y lo aparcamos justo en el cruce-desvió hacia Biniagual. Pero existe la opción de coger el tren desde Palma:

Justo nos encontramos con unos amigos en Biniagual que habían venido en tren desde Palma por lo que os puedo dar la información. Precio aprox 4€ ida y vuelta – 30 minutos de recorrido. Desde la estación de tren de Binissalem al cruce a Binigual son unos 15 minutos caminando, hay que cruzar todo el pueblo por la calle Bonaire. Me parece una opción súper divertida y diferente, además una oportunidad para adentrarte en el pueblo de Binissalem si no lo conoces.

El camino desde Binissalem a Biniagual es súper bonito, es una zona dedicada a la agricultura y ganadería, se ven cerdos, caballos, ovejas, gallinas.. por lo que los niños además de ir sobre ruedas tienen mucho entretenimiento.

Una vez llegamos a Biniagual comimos allí. Ojo, no hay bares ni restaurantes, hay que llevar el picnic, pero por favor, seamos civilizados y respetuosos. Recoger cualquier residuo que se genere durante el picnic.

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